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Mientras y mientras que

Vamos a explicar cuándo se utiliza cada uno de estos términos, ya que es una duda que surge en múltiples ocasiones. La diferencia es sencilla.

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Mientras es un adverbio que introduce normalmente oraciones subordinadas que indican duración temporal. Ejemplos: Mientras vas, hago la comida. Llegó mientras tú dormías.

Según el DPD, mientras puede funcionar como adverbio de tiempo o como conjunción, expresando simultaneidad entre dos acciones. Como adverbio, es palabra tónica y se escribe aislada por comas del resto del enunciado. Ejemplo: Hicimos la comida. Ella, mientras, dormía un poco. El mismo sentido tiene la locución adverbial mientras tanto. Ejemplo: Hicimos la comida. Ella, mientras tanto, dormía un poco. Como conjunción, en cambio, es palabra átona y no se separa con coma del verbo que introduce. Ejemplo: Todo sucedió mientras estaba fuera.

Cuando introduce un verbo en subjuntivo, adquiere a menudo un matiz condicional. Ejemplo: La guerra durará mientras no lleguen a algún acuerdo.

Mientras que, según el DPD, es una locución conjuntiva que se usa para contraponer dos acciones simultáneas, y se puede sustituir por «en cambio». Ejemplos: Yo voy al cine, mientras que tú vas más al teatro. Me gusta leer, mientras que tú no coges un libro. En resumen, cuando tiene carácter adversativo es más adecuado utilizar mientras que, y se puede sustituir por «en cambio», «sin embargo», «por contra».

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El artículo el, femenino

El artículo es un determinante que va delante del sustantivo, con el cual concuerda en género y número. Así, el artículo el es un artículo de género masculino y singular que concuerda con sustantivos del mismo género masculino. Y el artículo la acompaña a los sustantivos femeninos.

Sin embargo, según explica el Diccionario Panhispánico de Dudas, dicho artículo la adopta normalmente, por razones de sonoridad, la forma el cuando va inmediatamente delante de un sustantivo que comienza por a tónica.

Es decir, a los sustantivos que empiezan por a- o ha- tónica (la que lleva el acento) les debe preceder el artículo el en vez de la, siempre que se den las siguientes condiciones:

  • Que el artículo vaya inmediatamente delante del sustantivo.
  • Que este sustantivo pertenezca al género femenino y esté en singular.
  • Que este sustantivo comience por un fonema /a/ o /ha/ tónico.

Ejemplos de este caso: el agua clara, el arma blanca, el hacha pesada, el águila pequeña.

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El origen histórico de esta singularidad debemos buscarlo en nuestras raíces latinas. La forma el que combina con palabras femeninas que empiezan por /a/ o /ha/ tónicas es históricamente femenina, ya que su origen latino era también femenina: illam (> ell> el(a)). Por lo tanto, hay que hablar de una forma el masculina (el niño, el libro, el lápiz) y otra femenina (el alma, el arca, el haya).

Hay algunas excepciones a esta regla:

  • Las letras del alfabeto: la hache, la a.
  • Cuando el artículo no precede inmediatamente al sustantivo femenino que comienza por el fonema /a/ tónico, se usa la forma femenina la. Ejemplos: la pequeña hacha, una altiva águila, la única arma.
  • Cuando el sustantivo es un nombre de mujer. Ejemplos: la Angela, la Ana.
  • Cuando el artículo designa el género de una persona o de un animal. Ejemplos: el árabe (hombre), la árabe (mujer), el ánade (macho), la anade (hembra).
  • Cuando la palabra que comienza por el fonema /a/ tónico no es un sustantivo, sino un adjetivo. Ejemplos: la agria polémica, la alta torre.

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Un caso especial es el de la palabra árbitro cuando se refiere a una mujer que desempeña dicha actividad. Según señala el DPD, en el caso de árbitra y de otros sustantivos referidos a seres sexuados que han comenzado a usarse en femenino en los últimos años, la regla expuesta más arriba no funciona. El femenino de el árbitro, mejor que el árbitra (como cabría esperar por empezar árbitra por tónica), es la árbitra.

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Todo lo explicado se aplica también al artículo indeterminado un: un haya, un alma, un águila.

Deber y deber de.

¿Cuántas veces hemos dudado al escribir si tenemos que poner la preposición de tras el verbo deber? Es muy frecuente la confusión en el uso de las perífrasis verbales deber de + infinitivo y deber + infinitivo. No todo el mundo conoce la diferencia entre estas dos construcciones perifrásticas, por lo que suelen emplearse indistintamente. Es un error muy corriente, que tiene una sencilla explicación.

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Ambas expresiones se tratan de dos perífrasis verbales.

Deber + infinitivo implica obligación o necesidad, que es el significado preferido.En este caso equivale a tiene que.

Ejemplos:

  • El acuerdo debe ser firmado.
  • Debe estar en su casa a las diez.
  • Elisa debe cantar mañana en el teatro.
  • Debe usted rellenar este impreso.

Deber de + infinitivo expresa suposición o creencia. También indica posibilidad o probabilidad.Es equivalente a puede que o tal vez.

Ejemplos:

  • Juan debe de estar en el bar.
  • Debe de haber más de mil personas en la sala.
  • En su opinión deben de haber influido varios temas.
  • No funciona, debes de haberte equivocado.

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Según afirma el Diccionario panhispánico de dudas, la norma culta admite también el uso sin preposición para expresar conjetura o suposición en las manifestaciones orales, nunca en las escritas.Con este sentido, la norma culta rechaza hoy el uso de la preposición de ante el infinitivo: Debería de haber más sitios donde aparcar sin tener que pagar por ello (mal)/ Debería haber más sitios donde aparcar sin tener que pagar por ello (bien). (DPD).

Por el contrario, y aunque también tiene amplio uso, sigue sin admitirse deber de para expresar obligación.

Por tanto, si se duda o se ha de hablar rápido y sin pensar, lo más práctico es emplear siempre deber, sin preposición, aunque lo aconsejable es usar la forma precisa en cada caso.

 

ANACOLUTOS.

En ocasiones, una oración simple cuyo predicado tiene como núcleo una perífrasis verbal se convierte de forma indebida en una oración compuesta que contiene el verbo copulativo ser.

Ejemplos:

Tienes que decírselo (bien) _ Lo que tienes es que decírselo (mal)

Debes buscar una solución (bien) _ Lo que debes es buscar una solución (mal)

Estas construcciones han de evitarse. Se pueden utilizar en su lugar oraciones compuestas como las siguientes, en las que la primera proposición incluye la perífrasis verbal con hacer:

Lo que tienes que hacer es decírselo.

Lo que debes hacer es buscar una solución.

A veces, para formular una definición, se emplean las formas verbales es o son seguidas de una proposición introducida por cuando o donde. Estas construcciones son incorrectas.

Ejemplos:

Un eclipse es cuando se oculta un astro por interposición de otro cuerpo celeste. (En lugar de: Un eclipse es la ocultación de un astro por la interposición de otro cuerpo celeste).

Una biblioteca es donde se conservan y se prestan libros. (En lugar de: Una biblioteca una institución donde se conservan y prestan libros).

3Estas figuras retóricas que suponen la construcción sintáctica incorrecta de una frase se llaman anacolutos o solecismos. El anacoluto o solecismo es un cambio repentino en la construcción de la frase que produce una inconsistencia; como si se hubiera cambiado la estructura sintáctica a mitad de frase.

Es habitual e inconsciente como parte del habla informal, pero en algunos casos se utiliza intencionalmente, como figura retórica. El anacoluto, cuando se utiliza intencionadamente, es un recurso literario que sirve para representar a un personaje coloquial o relatar una historia que se desarrolla en un entorno popular. Esta fórmula es muy utilizada en el Quijote.

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El DRAE lo define como: “Inconsecuencia en la construcción del discurso”.

El error procede de dejar una o más palabras discordantes con el resto de la frase. Estamos hablando pues de una figura retórica que se usa por falta de pericia gramatical o por desconocimiento.

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Existen dos tipos de anacolutos:

  • Los formados por la elisión de una parte de la frase, lo cual deja sin concordancia al resto. Por ejemplo: Roma está el Coliseo, en vez de  En Roma está el Coliseo.
  • Los formados por la repetición innecesaria de una parte de la frase. Ejemplo: Cuando vengas, te doy tu regalo cuando vengas, en vez de Cuando vengas te doy tu regalo.

La conclusión es que, tanto en el lenguaje formal como en el escrito,  conviene evitar el anacoluto.

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Doble negación

Según permite la RAE, en español existe un esquema particular de negación que permite combinar el adverbio «no» con la presencia de otros elementos que tienen también sentido negativo.

1Supone la presencia de dos o más elementos con valor de negación en una oración. Si el elemento con valor de negación va antes del verbo, no se incluye el adverbio «no»; pero si va después del verbo, dicho verbo debe ir necesariamente precedido este.

Los elementos con valor de negación son: «nunca», «jamás», «tampoco», «nadie», «nada», «ninguno», los grupos que contengan la palabra «ni» y la locución «en la/mi/tu/su vida».

Si estos elementos van antepuestos al verbo, este no va acompañado del adverbio de negación «no». Ejemplos:

  • Nunca voy al gimnasio.
  • Yo tampoco comí tarta.
  • Jamás haría eso.
  • Nadie sabe eso.
  • Nada de lo que escribe me gusta.
  • Ninguno de sus libros me gusta.
  • En su vida comprará un piso.
  • Ni mi madre hace eso.

Sin embargo, si los citados elementos van detrás del verbo, este debe ir necesariamente precedido del adverbio «no». Ejemplos:

  • No voy nunca al gimnasio.
  • Yo no comí la tarta tampoco.
  • No haría eso  jamás.
  • No sabe nadie eso.
  • No me gusta nada de lo que escribes.
  • No me gusta ninguno de sus libros.
  • No comprará un piso en su vida.
  • No haría eso ni mi madre.

La concurrencia de esas dos negaciones no anula el sentido negativo del enunciado, sino que lo refuerza.

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Varios sujetos.

El sujeto de la oración y el verbo que se refiere a él deben estar en concordancia3 tanto en persona como en número.

En el caso de que en la oración existan varios sujetos (sujeto compuesto), el verbo debe concordar de estas maneras:

  • Si entre los sujetos se encuentra el hablante, el verbo irá en plural y en primera persona. Ejemplos:  Juan, tú y yo caminaremos juntos. Mi hermana y yo vamos juntas a la tienda.
  • Si entre los sujetos se encuentra el oyente, pero no el hablante, el verbo irá en plural y en segunda persona. Ejemplos: Elena y tú vestís igual. Juan y tú subís hasta aquí.
  • Si entre los sujetos no se encuentran ni el hablante ni el oyente, el verbo irá en plural y en tercera persona. Ejemplos:  Alicia, Marta y Juan son primos. Rosa y Mar van de compras.

Cuando el núcleo del sujeto es un sustantivo colectivo (ganado, gente…), se mantiene la concordancia de número entre el sustantivo y el verbo. Ejemplos: La orquesta tocaba bien. La gente se agolpaba abajo.

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Cuando el núcleo del sujeto es un sustantivo cuantificador (mayoría, mitad…) que lleva como complemento un sustantivo en plural introducido por de, el verbo puede ir indistintamente en singular o en plural. Ejemplos: La mayoría de los peatones paró. El resto de los pájaros volaron.

Casos de sujeto en singular y verbo en plural:

  • Si el sujeto va seguido de una frase explicativa que incide en la misma idea y/o la complementa. Ejemplo: El tráfico, junto con los manifestantes que se convocaron en el centro, atascaron las calles de la ciudad.
  • Si un sustantivo en singular está ligado a otro por medio de con, como, tanto, así como (excepto cuando como tiene función comparativa). Ejemplo: El alumnado, así como el profesorado, fueron a la manifestación contra el terrorismo.
  • Si se dirige la palabra a una colectividad. Ejemplo:Gracias, querida familia, porque me habéis apoyado en los momentos más duros.

Falsos sujetos: En el habla se incurre a veces en el error de iniciar una oración con un falso sujeto que no concuerda en persona con el verbo. Estas oraciones son incorrectas y, por tanto, debemos evitarlas. Ejemplos: Yo no me gusta que vengan tus amigos. Yo me apetece ir a pasear.

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El texto. Coherencia y conexión.

Se puede definir texto como «una unidad de carácter lingüístico intencionadamente emitida por un hablante en una situación comunicativa concreta y con una finalidad determinada». No toda cadena lingüística es un texto, ya que hay enunciados que, aunque estén bien construidos gramaticalmente, no comunican nada.

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El texto, entendido como un acto de comunicación entre un emisor y un receptor, ha de tener las siguientes propiedades:

  • Intencionalidad. Debe estar dirigido a conseguir una meta: transmitir algo, relatar hechos, pedir información…
  • Situacionalidad. El acto de comunicación tiene lugar en una situación determinada.
  • Informatividad. El emisor crea el texto para transmitir a su destinatario algo que supone que este ignora. Será más informativo cuanto mejor y más eficazmente revele esas ideas nuevas.
  • Aceptabilidad. El texto será aceptable para su receptor si este es capaz de percibir la relevancia de lo comunicado.

El éxito de la comunicación depende del principio básico de la adecuación, que supone la elección óptima de los recursos que se van a emplear en el texto atendiendo al propósito del hablante (intencionalidad), al entorno y los conocimientos compartidos (situacionalidad), a las expectativas del oyente (informatividad) y a su capacidad interpretativa (aceptabilidad).

Desde un punto de vista semántico (atendiendo al contenido, a las ideas que se transmiten), los textos han de tener un cierto grado de coherencia. Deben poder ser percibidos como un todo estructurado. La coherencia afecta a todos los niveles del texto.

Desde un punto de vista sintáctico (atendiendo a la construcción formal del discurso y a las relaciones gramaticales entre sus enunciados), es fundamental la cohesión. Esta se refiere a la red de elementos lingüísticos que hacen manifiesta para el receptor la coherencia del texto.

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La coherencia del texto está determinada por una serie de principios que rigen la relación entre las distintas ideas del texto: continuidad temática, progresión informativa, congruencia, compatibilidad y conexión, que veremos en otra entrada.

La O

La O es la decimosexta letra del alfabeto español, decimoquinta del alfabeto latino básico, y la cuarta vocal.  Su nombre en español es femenino: la o, y su plura es oes.

1Una conjunción es una palabra o conjunto de ellas que enlaza proposiciones, sintagmas o palabras. Constituye una de las clases de nexos.

La O puede es una conjunción disyuntiva. Las conjunciones disyuntivas indican alternancia exclusiva o excluyente. Se coloca entre los términos que indican la alternancia o antepuesta a cada uno de ellos. Ejemplos: Llamó Pablo o Carlos. O vienes o no vienes.

Se emplea u (en lugar de o) cuando precede a una palabra iniciada por o u ho, para evitar cacofonías. Ejemplos: : Lo hará uno u otro. Faltan minutos u horas.

Cuando la conjunción disyuntiva o va seguida de una expresión numérica que1 empieza por la cifra 8, como 8, 80, 81, 800, etc., también debe adoptar la forma u, tanto en la lectura como en la escritura, porque las palabras que representan estas cifras (ocho, ochenta, ochenta y uno, ochocientos…) empiezan por el sonido /o/. Ejemplo:  Vinieron 700 u 800.

La conjunción o también se transforma en u si la palabra que sigue comienza por /o/ en las correlaciones disyuntivas, en las que aparece una conjunción ante cada una de las opciones posibles. Ejemplos  Los hornos antiguos eran o circulares u ovalados. La disyuntiva era clara: u obteníamos beneficios pronto o habría que cerrar la empresa.

Otras veces, o indica que los términos unidos son equivalentes y sirven para designar una misma realidad. Ejemplo:  Todo ocurrió o sucedió en un momento determinado. El hipocampo o caballito de mar está allí.

Hasta ahora, se recomendaba poner tilde a la conjunción disyuntiva o cuando se escribía entre dos cifras, para que no se confundiera con el número 0. Sin embargo, este uso de la tilde diacrítica no tiene justificación en la pronunciación, porque la o siempre es átona. Además, la escritura generalizada hoy mediante ordenador diferencia sin problema la letra o del número 0, por lo que no se justifica la distinción con la tilde. Por otra parte, los espacios en blanco a ambos lados de la conjunción y su diferente forma y menor altura que el cero evitan suficientemente que ambos signos puedan confundirse Por lo tanto, a partir de este momento, la conjunción o se escribirá siempre sin tilde, como corresponde a su condición de palabra monosílaba átona, con independencia de que aparezca entre palabras, cifras o signos. Ejemplos:  ¿Quieres té o café?  Terminaré dentro de 3 o 4 días. Escriba los signos + o – en la casilla correspondiente.

La o puede ser también una conjunción distributiva. Las conjunciones distributivas distribuyen elementos: oo, tanto … como …, ni … ni …  Ejemplo: O eliges la opción A, o eliges la opción B.

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El gerundio

El gerundio, junto con el participio y el infinitivo, es una de las formas no personales del verbo. Expresa simultaneidad de la acción con el tiempo en que se habla.

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*¿Cómo se forma el gerundio? 

En los verbos regulares se forma sustituyendo las terminaciones del infinitivo (-ar, -er, -ir) por -ando, -iendo.

Infinitivo

Gerundio

Habl-ar

Habl-ando

Conoc-er

Viv-ir

Conoc-iendo

Viv-iendo

Si la raíz del verbo termina en vocal, por ejemplo en ca-er, le-er, tra-er, se le añade la terminación -yendo.

Infinitivo Gerundio
Ca-er Ca-yendo
Le-er Le-yendo
Tra-er Tra-yendo

En los verbos irregulares, se forma de la siguiente manera:

Los verbos terminados en -ir con una e o una o en la raíz cambian esas vocales en i, u.

Infinitivo Gerundio
Ped-ir  Pid-iendo
Sent-ir Sint-iendo
Dec-ir  Dic-iendo
Ven-ir  Vin-iendo
Dorm-ir  Durm-iendo
Mor-ir Mur-iendo

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* ¿Cómo se usa?

– Con verbos auxiliares.

Muchas veces se utiliza el gerundio acompañando a uno de estos verbos: estar, ir, llevar, venir…  formando lo que se conoce como perífrasis verbal, es decir, una unidad verbal formada por un verbo + infinitivo, gerundio o participio.

Ejemplos:  Ya estoy llegando, voy volando. Llevo esperando una hora, así que ven corriendo.

– Acciones paralelas.

Además se usa el gerundio para señalar una acción que ocurre al mismo tiempo, paralela, al otro verbo. Los usos más frecuentes son:

– Coordinación: suceden dos cosas al mismo tiempo. Ejemplo:   En ese momento, abrió la puerta descubriendo al ladrón.

– Tiempo: el gerundio expresa un contexto temporal (cuándo). Ejemplo:  Abriendo la puerta decubrí al ladrón.

– Modo: el gerundio se refiere al modo (cómo). Ejemplo:   Sonriendo el ladrón abrió la puerta.

* Usos incorrectos del gerundio.

A) Cuando el gerundio indica posterioridad. Ejemplos:  Se escurrió en la rampa, rompiéndose un brazo.  Entró en su casa encontrándose con unos extraños.

B) Cuando el gerundio no es un verbo de acción y complementa a un sustantivo. Es incorrecto utilizar el gerundio con valor de adjetivo especificativo que complementa a un sustantivo. Ejemplos: Conozco a más personas teniendo ese nombreSe necesita secretaria teniendo dos años de experiencia.

C) Cuando el gerundio se inserta dentro de un grupo preposicional que desempeña la función de complemento indirecto, de complemento circunstancial o de complemento de régimen. Ejemplos:  Le tiró una piedra a un perro corriendo por la calle. Subimos a un tren dirigiéndose al sur. Recuerdo a un compañero jugando muy bien al fútbol.

D) Debe evitarse el gerundio cuando se produzca ambigüedad. Ejemplo:  Vi a Juan bajando del coche. (¿Bajaba yo o bajaba Juan?).

* Uso en inglés.

En inglés se usa el gerundio como sujeto. En español utilizamos el infinitivo.

  •  Studying spanish is very easy.
  • Estudiar español es muy fácil.

En inglés el gerundio añade información al nombre, como un adjetivo. En español usamos una oración de relativo (que).

  • People studying spanish are intelligent.
  • La gente que estudia español es inteligente.

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QUIEN y QUIÉN

QUIEN es un pronombre relativo que hace referencia siempre a una persona ya mencionada o sobreentendida. Por ejemplo:  La persona de quien te habléConozco a esa mujer con quien tiene parentesco.

Nunca va acompañado de artículo. Su uso viene determinado por un antecedente de persona que se ha mencionado con anterioridad y se quiere evitar su repetición. Ejemplo:  Somos nosotros quienes tenemos que decidir el futuro de nuestro país.

Con antecedente implícito, equivale a «la persona que» o «aquel que». Se usa cuando no interesa expresar la identidad. Ejemplos: Quien bien te quiere te hará llorar. Quien hace tanto ruido por las noches no me deja dormir.  También se utilizan en este caso el-la, los-las + que.  Ejemplo:  El que hace tanto ruido por las noches no me deja dormir.

Cuando depende de un verbo con negación, equivale a «nadie que».  Ejemplo:  No hay quien pueda con él.

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QUIÉN es un pronombre interrogativo y exclamativo que se utiliza en oraciones interrogativas y exclamativas sustituyendo a un nombre.

En las oraciones interrogativas se utiliza para preguntar por la identidad de alguien que no se conoce o que no se ha identificado. Ejemplos: ¿Quién es ese chico tan guapo?  ¿Quién viene a cenar?

En las oraciones exclamativas se trata de remarcar la identidad o ponerla en duda.  Ejemplos: ¡Quién te ha visto y quién te ve!  ¡Quién como tú para hacerme feliz!  ¡Quién fuera tú!

En oraciones negativas funciona como predicativo con el significado de «nadie adecuado o autorizado». Ejemplo:  Él no es quién para decir lo que hay que hacer.

La expresión «Quién sabe« se emplea para simplemente compartir una duda , no se espera una respuesta. Suele aparecer con un verbo en futuro. Ejemplo: Quién sabe cuándo acabará la crisis.

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